Tal día como hoy, en el año 1282, las campanas de las iglesias de Palermo, en Sicilia, tocaron a vísperas. En ese momento, un levantamiento del pueblo masacró a las guarnición francesa de la ciudad.
El levantamiento popular se extendió después a otras localidades de la isla como Corleone y Mesina, hasta que los franceses fueron completamente expulsados de la isla. Tras la desaparición de los franceses, los sicilianos pidieron ayuda a Pedro III de Aragón, ya que su esposa, Constanza, era hija del anterior rey de Sicilia, Manfredo.
Este evento, conocido como las vísperas sicilianas, supuso el inicio de enfrentamientos en Italia y la Península Ibérica entre la Casa de Anjou y la Casa de Aragón, que terminaría decantándose del lado aragonés, incorporando Sicilia a la Corona de Aragón.